Ya no se lleva tenerlo todo ordenado y guardado en los armarios. Saca los cazos, cazuelas, fuentes, platos, sartenes... cuélgalas por las paredes, colócalas en estantes o en una escalera. Lo que se te ocurra para darle este toque vintage a tu cocina. Échale imaginación, el resultado puede ser más sorprendente de que te esperabas.
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